Navidad: El valor económico es demasiado determinante en la percepción actual del arte

18.12.2020

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La extrema democratización de los servicios y la calidad de vida, tecnologías cada vez más emancipadoras, llevan a muchos a buscar fortuna en los sectores más dispares y alejados de sus posibilidades.

Surge la necesidad de una pequeña base económica desde la que partir, en lugar de la cual se pueda formar parte de un círculo virtuoso: en una sociedad rica, un individuo que quiere tomar la iniciativa tiene más ventajas que uno que vive en una sociedad pobre. En la búsqueda de los medios, compradores, suministros. El escollo de las sociedades opulentas es que el individuo, como el artista, no puede competir con las grandes multinacionales.

Lamentablemente, incluso si la educación pública permite que todos accedan al conocimiento, todavía existe un condicionamiento de la sociedad en la que está presente la institución. En las sociedades de consumo occidentales, estas 'experiencias poco comunes' son difíciles de reconocer por la clase media, acostumbrada a prácticas de consumo bien establecidas: piense en productos de gran éxito como teléfonos inteligentes, televisores, automóviles, etc. Nos encontramos con una serie de dinámicas que alguna vez fueron desconocidas. El condicionamiento que ejerce la economía sobre el producto artístico ya está en su lugar e inevitable cuando el hábitat humano está formado por 'tiendas' virtuales y físicas que venden productos de consumo. Por tanto, vivimos en la paradoja de una sociedad rica pero que apenas es capaz de producir una calidad de consumo y discernimiento.

En el caso del arte, como en la justicia y la política, la especulación económica debe volver a su lecho y permitir que el arte sobreviva a la corrupción y la vulgaridad de los intereses personales. El área de arte es un área pública y, como tal, sagrada. No hay moralidad en el arte, ni ética en el arte, sino en las relaciones que animan el sistema y la historia del arte. Alma común quizás cada vez más difícil de reconocer y respetar.